ACTUALIDAD Y CONSEJOS DE SALUD
Descubre qué es el dolor pélvico crónico, cuáles son sus causas tanto en hombres como en mujeres, sus principales síntomas y qué tratamiento seguir para aliviarlo.
Artículo validado por: Dra. Ana Borobia Pérez. Responsable de la Unidad de Rehabilitación de Suelo Pélvico. Hospital Universitario La Moraleja, edificio Ana de Austria. Jefe del Servicio de Rehabilitación. Sanitas Hospitales.
La Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Moraleja, ha sido reconocida por la Sociedad Alemana del Dolor (la más relevante de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor) con la categoría más alta.
En ella, tratamos a pacientes que son derivados por los especialistas que, después de aplicar las terapias correspondientes a cada patología, no se ha conseguido llegar a la resolución completa del dolor. Entre los casos más habituales encontramos: patologías de columna, neuralgias, dolor oncológico, algunos tipos de cefaleas, migrañas y dolor pélvico crónico. Recientemente se sumó a la unidad de dolor, la apertura de la Unidad de Rehabilitación de Suelo Pélvico, para el abordaje de los dolores pélvicos crónicos, abdominales y lumbosacros crónicos.
En este artículo vamos a conocer un poco más en profundidad qué es el dolor pélvico crónico (uno de los más comunes), sus causas, sus síntomas y su tratamiento.
El conocimiento del dolor pélvico crónico (neurofisiopatología, causas, sintomatología y tratamiento), es tan complejo que resulta imprescindible realizar un abordaje multidisciplinar, es decir, que todos los especialistas implicados estén en continua comunicación para encontrar los tratamientos más eficaces. Entre estos especialistas se encuentran los médicos rehabilitadores de la unidad de rehabilitación de suelo pélvico y los anestesistas en la unidad de dolor.
Según el Colegio Americano de Ginecología, se define el dolor pélvico crónico como un “dolor no cíclico de al menos seis meses de duración, localizado en la pelvis anatómica, zona lumbosacra, nalgas, pared abdominal anterior o por debajo del ombligo, que es lo suficientemente severo para causar una incapacidad funcional o buscar atención médica”.
Y frecuentemente está asociado a consecuencias negativas cognitivas, conductuales, sexuales y emocionales.
Hay muchas causas que pueden llevar a sufrir un dolor crónico pélvico y entre ellas se encuentran los factores emocionales, como el estrés crónico o la depresión. Además, los antecedentes de abuso sexual o físico aumentan el riesgo de padecerlo. En muchas ocasiones, está relacionado con otras enfermedades e incluso puede ser una dolencia en sí misma. En el primer caso, es decir cuando deriva de otra patología, puede desaparecer con el tratamiento de ésta, pero por desgracia no siempre es tan fácil identificar las causas; por ello, el objetivo del tratamiento es mejorar la calidad de vida y disminuir la sensación de dolor.
Las causas, en ocasiones, pueden ser fáciles de identificar cuando derivan de una afección concreta. Pero también es posible que sea la consecuencia de varias patologías simultáneas, en las que intervengan varios sistemas y aparatos sin que se pueda, por tanto, atribuir a una sola causa. Por ello se consideran estos cuadros de dolor pélvico como multifactoriales.
Algunas de las causas identificadas pueden ser:
Dada la multicausalidad de este cuadro y la complejidad neurofisiopatológica pelviana, es frecuente la coexistencia de varios tipos de dolor: dolor neuropático, visceral, miofascial, referidos y con síntomas de sensibilización central.
El síntoma primordial, el dolor, puede presentarse de forma muy diversa: intenso y constante, intermitente, en forma de punzadas o en forma de presión en un área profunda de la pelvis, abdominal o lumbar,… Puede aparecer asociado a síntomas sugerentes de patología del tracto urinario inferior, de trastornos sexuales, de patología intestinal o ginecológicas; tales como como el dolor al mantener relaciones sexuales, dolor con el movimiento intestinal, dolor al orinar o al defecar, dolor en ciertos movimientos o simplemente aumento del dolor durante la sedestación. El dolor en sí mismo puede ser muy variado en cuanto a las características y a la intensidad y deberá de ser minuciosamente estudiado.
Es fundamental, que desde el inicio de estos síntomas, se consulte con el médico especialista en suelo pélvico (ginecología, urología, médico rehabilitador experto en suelo pélvico, gastroenterología), para estudiar las posibles causas, poder aplicar un correspondiente tratamiento y evitar de esta forma la codificación de estos cuadros de dolor pélvico.
Desde el punto de vista del médico rehabilitador, se ofrece un abordaje integral, global, multimodal e individualizado, combinando las diferentes técnicas de rehabilitación (según la evidencia científica disponible y según el fenotípico clínico del paciente) y centrándonos en todas las disfunciones musculoesquelética y posturales que coexisten con el dolor pélvico crónico. Estos trastornos musculoesqueléticos pueden aparecer hasta en el 80-90% de los cuadros de dolor pélvico.
Los trastornos musculoesqueléticos más frecuentes que pueden ser causa del dolor pélvico crónico son: síndromes miofasciales del suelo pélvico y de la región abdominal, lumbosacro, las coccigodinias, el síndrome sacroilíaco, las lumbalgias, el síndrome piramidal y las alteraciones posturales. En estos casos, se sigue, de modo general, las siguientes técnicas de rehabilitación:
Para más información sobre la Unidad de Suelo Pélvico consulta aquí: https://www.hospitallamoraleja.es/es/unidades-multidisciplinares-rehabilitacion-suelo-pelvico.php
Para más información sobre la Unidad del Dolor consulta aquí: https://www.hospitallamoraleja.es/es/unidades-multidisciplinares-dolor.php
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